¿Qué son los mordedores sensoriales y por qué son importantes para niños con autismo?

Los mordedores sensoriales son herramientas diseñadas para ayudar a niños con necesidades sensoriales, especialmente a quienes están dentro del espectro autista, a regular su sistema nervioso a través de la estimulación oral. Estos productos no son simples juguetes: son soportes terapéuticos que contribuyen a la autorregulación, el enfoque y la disminución del estrés.

¿Por qué la estimulación oral es tan importante?

La estimulación oral, como morder o chupar objetos, es una necesidad común entre niños con autismo, especialmente cuando se sienten sobreestimulados o ansiosos. El acto de morder genera una retroalimentación sensorial profunda, que puede tener un efecto calmante inmediato.

Según la terapeuta ocupacional Angela Hanscom, fundadora de TimberNook, “los niños que mastican o muerden están buscando una forma de proporcionar una retroalimentación sensorial profunda que los ayude a calmarse o concentrarse mejor”.

¿Qué es un mordedor sensorial?

Un mordedor sensorial es un accesorio fabricado generalmente en silicona de grado alimenticio, seguro, duradero y libre de tóxicos como BPA, ftalatos o PVC. Su diseño puede incluir texturas, formas o colores variados para estimular los sentidos. Algunos vienen como collares o pulseras, lo que permite que los niños los lleven fácilmente a todas partes sin perderlos.

Beneficios principales:

  1. Regulación emocional y sensorial: Ayuda a calmar la ansiedad, prevenir conductas como morderse las uñas o la ropa, y canalizar la energía de manera positiva.
  2. Fomento del enfoque: En entornos como la escuela o la terapia, el uso del mordedor puede facilitar la concentración y la permanencia en la tarea.
  3. Alternativa segura: Ofrece una opción higiénica y adecuada en lugar de morder objetos inapropiados o inseguros.

¿Cómo saber si un niño necesita un mordedor sensorial?

Los signos más comunes de búsqueda oral incluyen:

  • Morder la ropa, lápices, juguetes u otros objetos no destinados a ese uso.
  • Chupar o masticar constantemente.
  • Inquietud o dificultad para autorregularse emocionalmente.

Un terapeuta ocupacional puede ayudar a evaluar las necesidades específicas del niño y recomendar el tipo de mordedor más adecuado (por ejemplo, con mayor o menor resistencia según la fuerza de mordida).

Consideraciones al elegir un mordedor

No todos los mordedores son iguales. A la hora de elegir uno, considera:

  • Textura: Algunos niños prefieren mordedores suaves, otros requieren texturas más pronunciadas.
  • Forma y tamaño: Debe ser fácil de sujetar o usar como collar, sin representar un riesgo de asfixia.
  • Nivel de dureza: Existen versiones suaves, medias y duras, según la intensidad con la que el niño muerda.
  • Facilidad de limpieza: Lo ideal es que sean lavables con agua y jabón, o incluso aptos para lavavajillas.

Recomendaciones de expertos

La terapeuta pediátrica Emily Brandt señala: “Los mordedores sensoriales son una forma accesible y efectiva de satisfacer la necesidad de estimulación oral, lo que puede reducir conductas desafiantes y mejorar la calidad de vida del niño”.

Una herramienta, no una solución única

Es importante comprender que los mordedores son una herramienta dentro de un enfoque más amplio de apoyo sensorial. No reemplazan el acompañamiento terapéutico ni otras estrategias de regulación emocional.

Sin embargo, cuando se incorporan correctamente en la rutina del niño, pueden marcar una gran diferencia. Padres y profesionales coinciden en que ofrecer alternativas seguras de autorregulación puede mejorar la autoestima, autonomía y bienestar general de los niños.

Conclusión

Los mordedores sensoriales son mucho más que simples objetos de silicona. Son aliados terapéuticos para muchos niños con autismo y otras condiciones sensoriales, brindándoles una vía segura y eficaz para canalizar su necesidad de estimulación oral. Con el acompañamiento adecuado y la elección correcta del producto, estos pequeños dispositivos pueden convertirse en grandes herramientas para mejorar la calidad de vida tanto de los niños como de sus familias.

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